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Serigrafía

Todos los sistemas de impresión basados sobre la penetración de la tinta a través las zonas abiertas de la forma se llaman permeográficos. Los sistemas permeográficos se subdividen esencialmente en serigrafía y en plantigrafía. En la plantigrafía la tinta se aplica sobre el papel mediante un rodillo o una pistola reservando las zonas que tienen que quedar libres de tinta con una plantilla (por ejemplo una plantilla de lata para rotular). Se puede considerar a la serigrafía como un caso especial de la plantigrafía, ya que en este caso la forma consiste de una fina malla llamada pantalla, extendida sobre un bastidor cuadrado, que está obstruida en los sitios dónde no hay que aplicar tinta. La tinta se aplica mediante una racleta o rascleta que obliga la tinta a penetrar a través de la malla. El país de origen de la serigrafía es China, dónde esta técnica ya se practica desde hace varios siglos para embellecer los tejidos. El mundo occidental adoptó esta técnica a finales del siglo XIX y en Lyon se convirtió en la base de una importante industria. Actualmente la importancia de la serigrafía es comparable a la tipografía, la calcografía y la planografía, tanto en el campo artístico como en el industrial. Cuando se trata de aplicar una capa de tinta especialmente gruesa o hay que imprimir sobre un material rugoso, la serigrafía es el sistema ideal. La serigrafía es el único sistema con el que se puede imprimir satisfactoriamente con tinta blanca sobre papel negro. Con la serigrafía casi se puede imprimir sobre cualquier material con cualquier tinta. Diariamente se imprime sobre ropa, cartón, cristal, madera, caucho, plástico, plancha o cerámica, por mencionar algunos de los materiales más importantes. Hay máquinas especiales para imprimir sobre objetos de diferentes formas, como por ejemplo vasos, botellas, bolígrafos o neumáticos. Pero también los artistas se sirven de la serigrafía para imprimir carteles, envoltorios de libros o estampas en general. El gran éxito que tiene la serigrafía entre los artistas entre otras cosas es debido al hecho de que con una instalación muy rudimentaria se pueden obtener resultados satisfactorios.


 La serigrafía cada día encuentra más aplicaciones. La forma de la serigrafía, la pantalla, se tensa sobre un marco que puede tener la apariencia del bastidor de una pintura sobre tela. Es muy importante que el tejido tenga la tensión correcta y bien distribuida, sobre todo cuando se trata de la impresión de varios colores. Para menesteres industriales hay máquinas de tensar que permiten obtener pantallas perfectamente tensadas. Diferentes tejidos puede servir para hacer pantallas serigráficas. En la técnica tradicional china las pantallas se tejían con cabello humano, sobre los cuales pegaban trozos de papel de arroz que les servían de reserva, ya que la tinta sólo podía penetrar los espacios de la pantalla en los lugares no ocupados por un trozo de papel de arroz. Más adelante las pantallas se confeccionaban de seda, material que dio el nombre al procedimiento. A pesar de la buena calidad de las pantallas de seda, hoy se usan casi exclusivamente pantallas a base de materiales sintéticos o de metales. Una pantalla serigráfica tiene que ser muy permeable a la tinta y por esto la distancia entre los hilos suele ser aproximadamente el doble del grueso del hilo. Para disponer de una orientación sobre la pantalla, esta a veces se fabrica con hilos de diferentes colores, del mismo espesor y distribuidos regularmente, de manera que se pueda apreciar un dibujo comparable a un papel milimetrado. Esta estructura no se manifiesta en los impresos. Una misma pantalla serigráfica puede usarse para trabajos diferentes, a condición de limpiarla bien entre los trabajos con los agentes químicos adecuados, que varían según el procedimiento utilizado. Para imprimir serigrafías hay procedimientos diferentes que van desde el sencillo marco de madera, montado sobre una mesa mediante un par de bisagras, con su rasqueta de madera manual, hasta las grandes máquinas automáticas de la industria. La mayoría de las prensas trabajan con una forma plana, pero también las hay con formas curvadas e incluso hay rotativas de gran rendimiento. Todas esta prensas trabajan según el mismo principio: la tinta se deposita sobre la trama, al lado opuesto del papel. En el momento de imprimir, la pantalla toca el papel (o el receptor de la tinta) bajo la presión ejercida por la rasqueta, la cual aprieta la tinta de un lado al otro del marco, obligando la tinta a atravesar la malla de la forma en aquellos sitios que no están obstruidos por la reserva. Hay varias maneras de aplicar una reserva sobre una trama serigráfica. Esencialmente hay dos grupos: las técnicas manuales o artísticas y las fotomecánicas.

Reserva manual

 La reserva con papel solo permite tiradas muy cortas, no da líneas muy limpias y generalmente no permite hacer trabajos finos (se pueden obtener efectos buscados por los artistas). La pantalla se entinta ligeramente del lado que tiene que tocar el papel durante la tirada y se pega el papel. Una vez el papel adherido a la pantalla, se arrancan las partes que tienen que quedar blancas. La pantalla ya está lista para la tirada. Otro procedimiento manual consiste en obstruir parcialmente la malla con cola. El sistema indirecto permite obtener una pantalla preparada directamente a partir del dibujo. Hay que dibujar sobre la pantalla con tinta grasa o lápiz litográfico. Para simular medios tonos se puede colocar un papel de esmeril bajo la pantalla, cuyo grano se hará visible. Una vez el dibujo seco, un lado de la pantalla se cubre de una cola soluble en agua. Cuando la cola se ha secado se friega la pantalla con gasolina hasta disolver la tinta grasa. La cola adherida a la tinta grasa pierde su soporte y se separa de la pantalla, mientras que nos queda la cola adherida directamente sobre la malla.


Reserva fotomecánica

 En el campo de los sistemas fotográficos de la serigrafía hay que distinguir entre los sistemas directos y los indirectos. En los sistemas directos la pantalla misma es portadora de la capa sensible y se insola directamente bajo un fotolito de líneas o tramado. La emulsión sensible suele ser un coloide bicromatado (pero también hay emulsiones diazoicas o fotopolímeras). Después de la insolación la pantalla se revela hasta que las mallas que tienen que abrirse estén bien limpias. El mercado ofrece pantallas ya emulsionadas, pero también productos para emulsionar con rodillo, o mejor, con la centrífuga. Los sistemas indirectos se basan en la copia al carbón, el cual en este caso se transfiere indirectamente sobre la pantalla serigráfica. El papel de carbón sensibilizado con bicromato de potasio o con amoníaco, se insola bajo un fotolito y se transfiere sobre un plástico. Para esto se moja el papel de carbón y el plástico con agua fría, se comprimen uno contra otro mediante un rodillo duro, y se dejan secar unos minutos. En un baño de agua caliente se separa el plástico del papel de carbón, y la gelatina se queda pegada en el plástico. La gelatina se revela con agua caliente, hasta que todas las partes no insoladas se hayan disuelto. La gelatina que se queda adherida sobre el plástico de transporte, después de revelar se transfiere sobre la malla serigráfica. En el comercio también se encuentran papeles de carbón con soporte transparente que se pueden insolar a través del soporte. Estos papeles permiten evitar la doble transferencia, operación bastante delicada en la práctica. El sistema indirecto es más aconsejable que el directo cuando importa la finura del trabajo.

M. Riat, Técnicas Gráficas.

 
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